jueves, 7 de enero de 2021

6- LA ENTRADA DE ARAGÓN EN EL CONCIERTO POLIMONÁRQUICO

 

 Corona de Aragón

Parece evidente que Aragón, tan cercana a Cataluña y a Valencia, tanto en la historia moderna como en la antigua, no tardará en seguir las huellas de sus antiguos conmilitones de la Corona de Aragón. Y lo hará con una acusada personalidad artística y literaria, pues tal será el sello de sus aportaciones al conjunto ibérico. Como botón de muestra, las importantes universidades que se levantarán en breve en las localidades de Alcañiz, Jaca y Huesca, las tres especializadas en arte y literatura antigua y contemporánea y, sobre todo, en los nuevos sistemas interseccionistas de escritura creativa que se impondrán en la Península tras el auge de las innovaciones portuguesas en estas materias.
     Profesores de estas universidades se encumbrarán pronto en las alturas académicas mundiales, lo que fomentará una peregrinación masiva de estudiantes a la región atraídos por los nuevos y sofisticados sistemas de creación literaria y de fabricación artística. Las antes aludidas ciudades de Alcañiz, Jaca y Huesca se verán de pronto desbordadas y deberán levantar establecimientos hoteleros y residenciales que también estarán pensados para satisfacer la demanda de tantos visitantes atraídos por los distintos palos locales.
     Por supuesto, Zaragoza seguirá siendo el importante centro logístico que ya es hoy, a caballo entre Madrid y Barcelona, y que a partir de mediados del siglo XXI se centrará en la difusión del polimonarquismo, en íntima alianza con Tortosa, la ciudad matriz donde se fabricarán y distribuirán al mundo entero los logiciales de las neomonarquías nacidas en Valencia, Murcia, Cataluña y bien pronto en Aragón. Una monarquía dedicada a la temática logística será una de las extravagancias más originales de la capital maña, con monarcas que buscarán la excelencia organizativa y que serán el embrión de los famosos Llampecs de Reus y de Calaceite, donde en el futuro se ubicarán las escuelas más importantes de logística polimonárquica, de donde saldrán los técnicos y los logiciales más impactantes y buscados por las neomonarquías del mundo entero. El primer monarca de este palo real de Zaragoza será Juan Pérez I, y llevará por subtítulo Rey de los Melendos, en homenaje a quien fue el impulsor de este linaje, José Luís Melendo.
     Como es lógico, no tardarán en nacer palos monárquicos de todo tipo en las tierras aragonesas, con profusión de coronas dedicadas a las aceitunas, al vino y a mil distintas temáticas distribuidas a lo largo de su extenso territorio.
     Famoso será el palo real de los Tambores de Calanda, con una monarquía asentada en sus tradicionales tambores de Semana Santa. Sus batallones tronantes alcanzarán sumas de tamborileros jamás vistas —con cuadrillas de más de cuatrocientos músicos, lo que producirá efectos descomunales en sus desfiladas, con peligro de los edificios más viejos, que se resquebrajarán en algunos casos, elevando todavía más el aplauso planetario a este linaje—. Sus monarcas, provistos de recios bigotes negros a la antigua usanza que despertarán una gran admiración, serán todos bombistas, es decir, tocarán el más gigantesco de los bombos de las distintas cuadrillas, y no habrá una festividad que se precie que no busque invitar a algún batallón de tambores de Calanda con su monarca al frente armado con su bigote y su impresionante bombo.
     La Casa Real de Belchite estará dedicada a los desastres de la guerra, con monarcas que vestirán atavíos militares de la Guerra Civil Española, un año del bando rojo y otro del bando nacional, con escopetas y pistolas de la época, afín de poner realismo y un trasfondo histórico a los famosos edificios maltrechos de la Belchite antigua, cuyas ruinas serán veneradas como un testimonio incontestable de lo que no se debe repetir en el Mosaico Ibérico.
     Como no podía ser de otro modo, tanto Goya como Buñuel tendrán monarquías que les estarán dedicadas, el uno en la ciudad de Cifuentes y el otro en la misma Calanda. Nacerán así en ambas poblaciones importantísimas escuelas dedicadas al arte pictórico de pincel, y al arte cinematográfico en blanco y negro, ya sea hecho con cámaras de película de celuloide o con cámaras de vídeo digitales. El Rey de los Pinceles, siempre con el apodo de Goya, será escogido entre los más excelentes virtuosos de la manufacturación pictórica con pruebas de acceso severísimas, donde acudirán los más duchos en esta arte del mundo entero. Muchos de ellos procederán de China, siendo el primero de los monarcas el rey de los Goya Chin Pu Lee I, mientras que en Calanda reinará, en paralelo al linaje de los Bombo, Alfonsito Jiménez García I de los Buñuelos, oriundo de México, cineasta amateur que habrá vencido a todos sus rivales en las difíciles pruebas de acceso a este simpático palo real.
     En Binéfar nacerá una monarquía dedicada a los títeres, siendo Paco Paricio I, nieto del actual Paco Paricio de los Titiriteros de Binéfar, el encargado de iniciar este linaje. Su palacio residencial se ubicará en la población entera de Abizanda, en Huesca, que este palo real habrá habilitado como sede propia, siendo uno de los centros más visitados de toda la región pre-pirinaica de Huesca.
     La jota tendrá, por obligación antropológica, varias monarquías que le estarán dedicadas, oriundas de distintas localidades donde sobresalen los practicantes de esta arte vocal.
     Otro palo monárquico, también relacionado con el mundo de los títeres, será el dedicado a Pelegrín, héroe polichinesco creado por el Teatro Arbolé y que suele actuar por el Pilar en la Plaza de los Sitios de Zaragoza. Esta monarquía elegirá rey cada año, seleccionado entre los aprendices más dotados del arte de la cachiporra que entonces se enseñará con profusión por todo el país y muy en especial en la Gan Escuela Municipal de Títeres de Zaragoza, donde enseñarán los maestros más afamados del género cachiporrero y de donde los estudiantes podrán salir con el título de Doctor Titiritero en la especialidad de Hilo o de Cachiporra.


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