sábado, 17 de julio de 2021

11- EL CASO DE LLUC III DIT LO BEN MENJAT


No avanzaríamos en nuestra descripción visionaria del futuro si no nos detuviéramos, aunque sea por un momento, en la figura trascendental del gran cocinero y Rey de los Fogones Lluc III, Dit Lo Ben Menjat (1).
     Nacido en la ciudad de Figueres en la década de los sesenta de este siglo, parece ser que será elegido como cabeza coronada de la Monarquía de los Fogones una vez haya recorrido las principales cocinas del mundo, y muy en especial las del continente chino, consideradas en los años sesenta del siglo XXI como las más importantes e innovadoras del mundo. Lo hará primero en calidad de simple pinche y aprendiz, para alcanzar pronto la categoría de gran Maestro Cocinero.
     Hay que recordar que ya con anterioridad la cocina catalana habrá alcanzado unos niveles de excelencia y originalidad insólitos. Fruto de las ambiciones imperiales del primer Rey de los Fogones, llamado Roger I de Catalunya y V de l’Empordà, figuras como la reina Joaquina I La Grassa o su hijo Jaumet I de la Cassola (2) habrán situado Cataluña en la vanguardia mundial de la cocina más inventiva. Restaurantes como el Bulli V —quinta reencarnación de este mítico restaurante que durante todo el siglo XXI se habrá mantenido en la brecha, evolucionando hacia modelos cada vez más sofisticados en cuanto a la relación cliente-comer-cocinero-comedor (3)— o el no menos famoso Pla del Cargol, la expresión más avanzada en materia culinaria del nuevo paradigma catalán. Situado en Tortosa, este restaurante pronto instalará sus franquicias en Reus y en Tarragona, para expandirse desde allí por el mundo entero.
     Claro que el verdadero empuje de los Fogones Catalanes, fruto de la creatividad genial de sus cocineros, no se habrá asentado con tanta firmeza sin contar con la acción decidida de las nuevas Honorables Presidentas de la Generalitat, especialmente las ya mencionadas Josefina Vilà y Prim y Amalia Garriga y Pollet. Políglotas empedernidas —a partir de ellas, todas las Presidentas hablarán valenciano, catalán, castellano, francés, italiano, inglés, portugués, ruso, turco, iraní y chino con fluidez—, sus políticas de apoyo al expansionismo gastronómico catalán, con la creación de las cuatro importantes universidades centradas en la materia, la de Ullastret dirigida por el profesor Li Xin Pao, cocinero de Macao, y las aún más importantes de Valls, Tarragona y Les Borges Blanques, serán decisivas para situar Cataluña en medio del mapa gastronómico del planeta. Congresos, Premios Internacionales y Talleres Mundiales de Creatividad Culinaria ayudarán también a la ambición estratégica de los fogones catalanes. Igualmente, la implantación en las principales ciudades de los cinco continentes de pequeños pero muy selectos restaurantes, de nombres rebuscados, pero con el denominador común de "La Tapeta Catalana". Estos restaurantes funcionarán como verdaderas embajadas del Linaje de los Fogones, pero también de Cataluña, con unos resultados espectaculares en cuanto a la promoción exterior de nuestro país y de la Generalitat.
     Pero regresemos al Rey de los Fogones Lluc III, Dit Lo Ben Menjat, para ver cómo bajo su reinado, la creación de nuevas recetas se disparará hacia extremos hasta entonces nunca vistos. No habrá límites a la imaginación de los cocineros, todos ellos doctorados en las universidades gastronómicas de Cataluña —las mejores del mundo, con profesores y estudiantes procedentes de todos los países más avanzados en la materia—. No nos detendremos en el estudio de los platos ni en las ocurrencias más sonadas de estos creadores, la tarea sería inabordable —el interesado puede ver información detallada en algunas de las cartas publicadas en 2005—, pero sí nos interesa ver los hilos que tejerán esta red culinaria que obtendrá como principal trofeo la derrota de la cocina francesa y la sumisión de los fogones chinos, obligados a reconocer la supremacía catalana. Unos hilos que tendrán su huso y sus agujas de coser en el Polimonarquismo de Valencia y Cataluña, y sobre todo en las políticas de complicidad compartidas con muchos otros linajes del Mosaico Ibérico.
     En efecto, será el Rey de los Fogones Lluc III, Dit Lo Ben Menjat, quien instaurará la decisiva alianza con la Casa Real de los Orujo de Galicia, con los Botella de Logroño, con los Taifas Valencianos de la Naranja y la Mandarina, con los sultanatos cordobeses del Aceite de Oliva, con el Rey Mojo de Canarias, y con los Arbequina de Lleida y de Aragón. Príncipes, princesas y pajes de estos palos reales servirán y se intercambiarán con los del Gran Fogón Catalán, estableciendo unos nexos que redundarán en beneficio de todos. Nos atrevemos a afirmar incluso que será la Dinastía Catalana de los Fogones el verdadero motor del pleno éxito del Mosaico Ibérico, que encontrará en este flujo de iniciativas culinarias compartidas el modelo para extenderlas a las otras casas reales y a los demás dominios de la actividad social y política. La singularidad del caso es que el motor coordinador del Mosaico Ibérico, gracias a estos patrones de partida, se establecerá sobre bases de creatividad sin límites, disparando la energía creadora del conjunto ibérico y de todos sus palos monárquicos, cada día más lanzados a inventar nuevas ocurrencias, productos y ofertas.
     
     
      (1) Lucas III, llamado el Bien Comido,
      
      (2) De este monarca destacará la famosa Paella d’Espinacs Vermells a la Cassola de Ferro, así como un nuevo modelo de pan con tomate absolutamente revolucionario —visiones anticipadas nos lo muestran como flautas tubulares de pan tostado con el tomate dentro como si fuera la medula de un hueso de pan— que podrá ser comercializado en el mundo global con un éxito fulgurante, de modo que estos flautas de pan con tomate, junto con las tortillas hechas de los ya mencionados Huevos de Vaca, sustituirán en el futuro los Hot Dogs anglosajones, que durante la década de los cuarenta del siglo XXI comenzarán a caer en desgracia. Como es lógico, este triunfo de la inventiva catalana tendrá amplias consecuencias en el posicionamiento tanto del catalán, considerado a finales del XXI como lengua franca de la gastronomía mundial, como en el PIB de Cataluña.
      
      (3) El famoso restaurante creado por el universal cocinero Ferran Adrià vivirá curiosas transformaciones, de la mano de sus sucesores. Según hemos podido deducir en nuestros talleres de futurología de la Barceloneta, una de las más sorprendentes formas adoptadas será la original intersección que se hará, durante la década de los cuarenta, entre cocina y comedor, espacios que se verán mezclados de manera que algunas mesas se situarán cerca de los fogones, o de las tablas de cortar verduras y otros alimentos. Los cocineros, que tendrán permiso para fumar puros y pipa, podrán sentarse en las mesas de los clientes, y éstos ayudar a pelar patatas si se ve la necesidad. Estará muy controlada la sonoridad del conjunto, a cargo de reputados compositores que detallarán materiales, ritmos, cazuelas especiales y otros recursos, lo que obligará a que algunos cocineros, todos doctorados en ciencia gastronómica, sean también músicos profesionales. El cliente vivirá así la experiencia única de verse situado en medio de un concierto-espectáculo mientras va viendo cómo se cocinan y se van probando las recetas más refinadas y atrevidas de la nueva cocina mundial, con constantes cambios de luz y efectos especiales de alta tecnología led y láser, centrados sobre todo en las materias primas culinarias.


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