sábado, 3 de febrero de 2024

12- Lustre y fulgor del coronamiento fallero

 

 


No podemos seguir avanzando en nuestra mirada del futuro sin detenernos en el caso de las Fallas de Valencia. Esta fiesta tan singular y única, que tiene su correspondencia alicantina en las Fogueres de Sant Joan, denostada unas veces por opinadores reacios a las tradiciones, pero que lucha con innovador arrojo para mantener alto el pabellón de su enorme creatividad, participará como no podía dejar de ocurrir, en el gran movimiento de exaltación neomonárquica nacido en la ciudad de Alcoi.

En efecto, tras el éxito de los primeros palos monárquicos surgidos en el País Valencià, los responsables falleros, que a mediados del siglo XXI vivirán un período de lánguida decadencia, hallarán por fin la catapulta que les permitirá situarse donde siempre han querido estar: en la cumbre festiva de la creatividad popular de los valencianos.

Tras no pocos congresos, conferencias, seminarios y otros foros de discusión entre los entendidos, los responsables municipales y los maestros falleros con sus talleres, decidirán dar ellos también el paso neomonárquico y elegirán, en un proceso insólito de eufórica unanimidad, a Enric Lloret, un joven maestro fallero de apenas veinte-y-cinco años como primer Rey de las Fallas para un período de cinco años prorrogables. Dotado de una imaginación sublime y una visión estratégica ilimitada del futuro, tanto en el concepto general de la fiesta, como en el diseño de los ninots o en las mismas ocurrencias de la construcción fallera, Enric I será pronto conocido con el nombre de Enric I Lo Ben Cremat. Serán de tal magnitud los logros de su reinado, que volverá a ser elegido cinco veces, de modo que su reinado alcanzará los 25 años de permanencia en el trono, algo poco visto en el polimonarquismo, solo superado por los Reyes de la Casa de Cataluña, cuyos arquitectos vivirán reinados vitalicios casi centenarios.

Según los estrictos protocolos de esta monarquía, cada cinco años será preciso quemar la figura en cartón piedra del monarca elegido en una falla descomunal situada en el mar, pensando en públicos masivos y, por descontado, internacionales, a través de transmisiones efectuadas desde decenas de drones girando a su alrededor como moscas fisgonas sin recato alguno. Esto obligará a Enric I Lo Ben Cremat a verse a sí mismo duplicado en falla y reducido a cenizas cinco veces, lo que explica el título que se le adjudicará.

Sus ocurrencias y decisiones más notorias tienen que ver con una transformación de la fiesta de las Fallas, que de pronto se alzará a cimas nunca hasta entonces alcanzadas.

De entrada, impondrá una radical renovación de los estilos: si hasta ahora era común ver un mismo estilo en los acabados figurativos, en una línea caricaturesca de tonos amables y apastelados, de pronto los diferentes equipos falleros tenderán a diferenciar radicalmente sus líneas de dibujo y modelaje, buscando formas más realistas unas, más abstractas otras, de un expresionismo feroz algunas. Las dedicadas al mundo infantil no tendrán reparos en acentuar sellos propios donde se primará la personalidad de los artistas, pasando de las habituales correcciones políticas al uso.

Pero donde habrá más novedades será en el formato general de presentación de las fallas, que incorporarán movimiento al acostumbrado hieratismo de antes: figuras que moverán cabezas y brazos, ojos y bocas, giros de grupos esculturales, deslizamientos de algunos muñecos, de modo que contemplarlas antes de ser quemadas comportará no solo un plus inédito de atracción, sino períodos mucho más largos de exhibición, situadas en lugares distintos y con capacidad de alejarse de la misma ciudad de Valencia.

Lo más interesante de su reinado es que Enric I Lo Ben Cremat establecerá relaciones con el linaje de la ópera de Vic y con el Palo Sacramental de los Autos de Alcalá de Henares, una vez se haya expandido el virus polimonárquico por toda la Península Ibérica. De estos enlaces surgirán proyectos de fallas convertidas en el cuerpo escenográfico de grandilocuentes Autos Sacramentales contemporáneos, en los que se substituirán los viejos guiones dramatúrgicos de la liturgia católica por dramas alegóricos de rabiosa actualidad, a cargo de los más atrevidos dramaturgos del momento. La peculiaridad de estas impresionantes representaciones teatrales es que estarán hechas para una única función, al acabar siempre con la quema de su impresionante falla escenográfica.

Serán representaciones de una fastuosidad jamás vista, superiores incluso a las de la Ópera de Vic —cuyo teatro será el más grande del mundo, como se ha dicho anteriormente—: el escenario será la ciudad entera de Valencia, con fragmentos de la representación distribuidos en distintos lugares, donde habrá siempre grandes pantallas en las que se podrá ver y seguir lo que estará ocurriendo en otros lugares, hasta alcanzar la apoteosis conclusiva del drama alegórico, con la quema del conjunto escenográfico-escultórico, y la traca final o Cremà que dará inicio a los otros fastos falleros que, con menos boato y extensión territorial, también ofrecerán representaciones en las plazas habituales mediante procesos escénico-escultórico-pirotécnicos de alto voltaje.

El Auto Sacramental Fallero recordará en cierto modo el boato de los autos palaciegos de Calderón de la Barca realizados para la Casa Real, donde se utilizaba el decorado urbano de la misma ciudad de Madrid, con profusión de carrozas que seguían itinerarios estudiados, y múltiples efectos visuales donde se combinaba la jardinería, la pirotecnia, batalles navales en estanques y en las que el mismo Rey actuaba en la obra.

Como es lógico, el esplendor de la fiesta fallera trascenderá la misma ciudad de Valencia para convertirse en un espectáculo internacional seguido por millones de espectadores, gracias a grandilocuentes retransmisiones en las que un verdadero ejército de drones armados de potentes cámaras captará las imágenes más impactantes de la simpar gala teatral-festiva.

La costumbre de combinar fiesta del fuego con teatro y ópera, llegará también a las Fogueres de Alicante, solo que aquí, para diferenciarse de las Fallas de Valencia, decidirán especializarse en representaciones más escuetas y simbólicas, acentuando el carácter de títere de las figuras casi todas dotadas de movimiento, y con actores y cantantes estáticos, que recitarán y cantarán desde sus atriles. Por descontado, tendrá mucha importancia la música, con partituras escritas exprofeso para las bandas participantes, que serán todas las del País Valenciano, ansiosas como estarán de participar en estas celebraciones de alto contenido artístico y siempre con estrenos. Habrá premios a la mejor representación y la Foguera ganadora, con su espectáculo, será indultada del fuego para poder así girar por toda la Comunidad Autónoma y más tarde por toda la FEAA. A la larga, a causa del éxito cosechado por estas representaciones tan singulares de gigantescos muñecos articulados, las Fogueres más sobresalientes serán invitadas a participar en los mejores festivales de teatro visual del mundo entero.

sábado, 17 de julio de 2021

11- EL CASO DE LLUC III DIT LO BEN MENJAT


No avanzaríamos en nuestra descripción visionaria del futuro si no nos detuviéramos, aunque sea por un momento, en la figura trascendental del gran cocinero y Rey de los Fogones Lluc III, Dit Lo Ben Menjat (1).
     Nacido en la ciudad de Figueres en la década de los sesenta de este siglo, parece ser que será elegido como cabeza coronada de la Monarquía de los Fogones una vez haya recorrido las principales cocinas del mundo, y muy en especial las del continente chino, consideradas en los años sesenta del siglo XXI como las más importantes e innovadoras del mundo. Lo hará primero en calidad de simple pinche y aprendiz, para alcanzar pronto la categoría de gran Maestro Cocinero.
     Hay que recordar que ya con anterioridad la cocina catalana habrá alcanzado unos niveles de excelencia y originalidad insólitos. Fruto de las ambiciones imperiales del primer Rey de los Fogones, llamado Roger I de Catalunya y V de l’Empordà, figuras como la reina Joaquina I La Grassa o su hijo Jaumet I de la Cassola (2) habrán situado Cataluña en la vanguardia mundial de la cocina más inventiva. Restaurantes como el Bulli V —quinta reencarnación de este mítico restaurante que durante todo el siglo XXI se habrá mantenido en la brecha, evolucionando hacia modelos cada vez más sofisticados en cuanto a la relación cliente-comer-cocinero-comedor (3)— o el no menos famoso Pla del Cargol, la expresión más avanzada en materia culinaria del nuevo paradigma catalán. Situado en Tortosa, este restaurante pronto instalará sus franquicias en Reus y en Tarragona, para expandirse desde allí por el mundo entero.
     Claro que el verdadero empuje de los Fogones Catalanes, fruto de la creatividad genial de sus cocineros, no se habrá asentado con tanta firmeza sin contar con la acción decidida de las nuevas Honorables Presidentas de la Generalitat, especialmente las ya mencionadas Josefina Vilà y Prim y Amalia Garriga y Pollet. Políglotas empedernidas —a partir de ellas, todas las Presidentas hablarán valenciano, catalán, castellano, francés, italiano, inglés, portugués, ruso, turco, iraní y chino con fluidez—, sus políticas de apoyo al expansionismo gastronómico catalán, con la creación de las cuatro importantes universidades centradas en la materia, la de Ullastret dirigida por el profesor Li Xin Pao, cocinero de Macao, y las aún más importantes de Valls, Tarragona y Les Borges Blanques, serán decisivas para situar Cataluña en medio del mapa gastronómico del planeta. Congresos, Premios Internacionales y Talleres Mundiales de Creatividad Culinaria ayudarán también a la ambición estratégica de los fogones catalanes. Igualmente, la implantación en las principales ciudades de los cinco continentes de pequeños pero muy selectos restaurantes, de nombres rebuscados, pero con el denominador común de "La Tapeta Catalana". Estos restaurantes funcionarán como verdaderas embajadas del Linaje de los Fogones, pero también de Cataluña, con unos resultados espectaculares en cuanto a la promoción exterior de nuestro país y de la Generalitat.
     Pero regresemos al Rey de los Fogones Lluc III, Dit Lo Ben Menjat, para ver cómo bajo su reinado, la creación de nuevas recetas se disparará hacia extremos hasta entonces nunca vistos. No habrá límites a la imaginación de los cocineros, todos ellos doctorados en las universidades gastronómicas de Cataluña —las mejores del mundo, con profesores y estudiantes procedentes de todos los países más avanzados en la materia—. No nos detendremos en el estudio de los platos ni en las ocurrencias más sonadas de estos creadores, la tarea sería inabordable —el interesado puede ver información detallada en algunas de las cartas publicadas en 2005—, pero sí nos interesa ver los hilos que tejerán esta red culinaria que obtendrá como principal trofeo la derrota de la cocina francesa y la sumisión de los fogones chinos, obligados a reconocer la supremacía catalana. Unos hilos que tendrán su huso y sus agujas de coser en el Polimonarquismo de Valencia y Cataluña, y sobre todo en las políticas de complicidad compartidas con muchos otros linajes del Mosaico Ibérico.
     En efecto, será el Rey de los Fogones Lluc III, Dit Lo Ben Menjat, quien instaurará la decisiva alianza con la Casa Real de los Orujo de Galicia, con los Botella de Logroño, con los Taifas Valencianos de la Naranja y la Mandarina, con los sultanatos cordobeses del Aceite de Oliva, con el Rey Mojo de Canarias, y con los Arbequina de Lleida y de Aragón. Príncipes, princesas y pajes de estos palos reales servirán y se intercambiarán con los del Gran Fogón Catalán, estableciendo unos nexos que redundarán en beneficio de todos. Nos atrevemos a afirmar incluso que será la Dinastía Catalana de los Fogones el verdadero motor del pleno éxito del Mosaico Ibérico, que encontrará en este flujo de iniciativas culinarias compartidas el modelo para extenderlas a las otras casas reales y a los demás dominios de la actividad social y política. La singularidad del caso es que el motor coordinador del Mosaico Ibérico, gracias a estos patrones de partida, se establecerá sobre bases de creatividad sin límites, disparando la energía creadora del conjunto ibérico y de todos sus palos monárquicos, cada día más lanzados a inventar nuevas ocurrencias, productos y ofertas.
     
     
      (1) Lucas III, llamado el Bien Comido,
      
      (2) De este monarca destacará la famosa Paella d’Espinacs Vermells a la Cassola de Ferro, así como un nuevo modelo de pan con tomate absolutamente revolucionario —visiones anticipadas nos lo muestran como flautas tubulares de pan tostado con el tomate dentro como si fuera la medula de un hueso de pan— que podrá ser comercializado en el mundo global con un éxito fulgurante, de modo que estos flautas de pan con tomate, junto con las tortillas hechas de los ya mencionados Huevos de Vaca, sustituirán en el futuro los Hot Dogs anglosajones, que durante la década de los cuarenta del siglo XXI comenzarán a caer en desgracia. Como es lógico, este triunfo de la inventiva catalana tendrá amplias consecuencias en el posicionamiento tanto del catalán, considerado a finales del XXI como lengua franca de la gastronomía mundial, como en el PIB de Cataluña.
      
      (3) El famoso restaurante creado por el universal cocinero Ferran Adrià vivirá curiosas transformaciones, de la mano de sus sucesores. Según hemos podido deducir en nuestros talleres de futurología de la Barceloneta, una de las más sorprendentes formas adoptadas será la original intersección que se hará, durante la década de los cuarenta, entre cocina y comedor, espacios que se verán mezclados de manera que algunas mesas se situarán cerca de los fogones, o de las tablas de cortar verduras y otros alimentos. Los cocineros, que tendrán permiso para fumar puros y pipa, podrán sentarse en las mesas de los clientes, y éstos ayudar a pelar patatas si se ve la necesidad. Estará muy controlada la sonoridad del conjunto, a cargo de reputados compositores que detallarán materiales, ritmos, cazuelas especiales y otros recursos, lo que obligará a que algunos cocineros, todos doctorados en ciencia gastronómica, sean también músicos profesionales. El cliente vivirá así la experiencia única de verse situado en medio de un concierto-espectáculo mientras va viendo cómo se cocinan y se van probando las recetas más refinadas y atrevidas de la nueva cocina mundial, con constantes cambios de luz y efectos especiales de alta tecnología led y láser, centrados sobre todo en las materias primas culinarias.


domingo, 16 de mayo de 2021

10- LA MATRIZ EUROPEA DEL MOSAICO IBÉRICO

Como se puede ver, estimado conciudadano, las revoluciones que el futuro nos tiene reservadas son de una magnitud francamente insólita, lo que no hace más que satisfacer las expectativas que nos hemos hecho al respecto. Ya nos lo decía Malo Pampipa durante su estancia en Barcelona en julio de 2003: el futuro es una caja de sorpresas explosiva. Quizás esto explique también que sea hoy más fácil de verlo, por el griterío y los ruidos de todo tipo que nos llegan cuando abrimos al futuro una puerta o una ventana.
     También es verdad que constituye a todas luces una suerte vivir en una región como la Península Ibérica que, a su vez, forma parte de Europa. Una suerte para los futurólogos como nosotros, ya que tanto un lugar como el otro son verdaderos laboratorios en los que el tiempo pone a prueba las recetas más interesantes del devenir de las que hoy se cocinan. Un laboratorio especialmente indicado para las situaciones de multiplicidad contradictoria, ya que no otra cosa es Europa, un espacio repleto de unidades generalmente opuestas que van a por todas y que compiten entre sí. Y la novedad de los últimos setenta años es esta: lo que antes se resolvía a bastonazos, ahora debe resolverse por la vía del entendimiento, de la superposición o del no consenso consensuado.
     La misma regla de tres podríamos aplicar a la Península Ibérica, salvo que aquí la geografía hace aún más explícito este carácter de laboratorio o banco de pruebas de las diferencias múltiples, debido a las dimensiones pequeñas de las unidades en disputa, que conocemos con el nombre de Comunidades Autónomas. Nos ayuda la genética cultural de sus pueblos, llamados ibéricos, históricamente inclinados a la juerga emocional y al patriotismo de campanario. Es gracias a estos atributos de la historia que hoy podemos hablar del Mosaico Ibérico, fuente de tantas maravillas futuras, las que aparecen discretamente dibujadas en los pliegues apenas esbozados de sus sociedades actuales.
     Si lo comparamos con un gallinero, veremos que hay un gallo que manda desde hace siglos y al que le gusta imponer su ley. Este gallo, que se viste con la bandera española y vive instalado en Madrid, la capital del reino, cada día que pasa está más contestado por una multitud de gallos, más pequeños y más chillones, que le disputan el terreno. Ya puede imaginar el lector a lo que me refiero cuando hablo de gallos, gallinas y gallineros, siendo hoy el gallo catalán el que más sobresale, aunque el vasco, armado con unos espolones muy afilados y puntiagudos, es de los que más se inclina a ganar la batalla, mientras que el catalán prefiere recurrir a la estética del quiquiriquíquí que a la consecución de sus objetivos. Los demás hacen ver que viven sometidos al gallo madrileño, mientras por lo bajo van afilando sus espolones esperando el momento de levantar ellos también la pata y participar en la pelea.
     Esto de los gallos y de las gallinas puede parecer a algún lector una ocurrencia simplista e incluso grosera, pero yo les invitaría a ver las cosas con más profundidad para constatar hasta qué punto las sociedades amamos los gallos, cuando estos son hermosos y cantan bien. Y es esta constatación la que nos puede ayudar a entender el éxito que tendrá el Polimonarquismo, que no deja de ser la propuesta de un gran gallinero con miles de gallos de todos los tamaños y colores, así como la misma monarquía de los Borbones, en cuanto gallo mayor. Lo importante de esta nueva generación de gallos monárquicos será no su poder real de mandar, sino la vistosidad y la singularidad de su bombo y colorido. Claro que todos querrán mandar, eso es evidente, pero cuando hay tantos que levantan la cabeza, es lógico que se imponga una media y se relativicen las pretensiones, para acabar siendo al final simples coronas de la multiplicidad. Y eso es lo que será el Polimonarquismo del Mosaico Ibérico, un campo de coronas de esas que hacen tanto gozo, aceptando que haya uno que los represente a todos, siempre y cuando les deje hacer lo que quieren cada uno en su gallinero.
     Comprenderá el lector avezado que este aumento descomunal de la civilización humana que representa el Mosaico Ibérico con su campo de miles de tronos y cabezas coronadas, no será una conquista fácil ni de un día para otro. Lo que vemos en nuestra visión del futuro es que los inquilinos ibéricos tendremos que esperar a que las avanzadas ideas de origen valenciano, murciano, catalán y aragonés se esparzan antes por la matriz europea, hasta ser finalmente aceptadas por los pueblos del norte que siempre hemos considerado superiores. Pero lo que disparará su definitivo asentamiento será la pulsión que sentirán los ciudadanos europeos al conocer de primera mano las ocurrencias y los inventos de las principales casas reales de Valencia, Cataluña, Aragón y del resto de las regiones ibéricas, ya plenamente autodeterminadas todas y bien coordinadas en el Mosaico Ibérico, lo que disparará aún más el turismo.
     Debido al efecto espejo, comprenderán los europeos, al ver esta explosión de la diversidad ibérica, su propia y rica pluralidad, que no tiene nada que envidiar a la nuestra, por lo que, al regresar de sus vacaciones, se lanzarán todos a explorar las nuevas fórmulas de excitación de la particularidad, despertando una inventiva que muchos creían muerta y enterrada. Se activará de este modo la profunda matriz europea que durante siglos ha hecho de este trocito del continente euroasiático uno de los rincones del mundo más innovadores y atrevidos en sus propuestas de cambio y renovación. La matriz europea se reflejará así en la ibérica y, al revés, la ibérica en la europea, despertando los chorros creativos que las guerras del siglo XX y las crisis sucesivas de principios del siglo XXI habían adormecido.
     Lo hemos hablado miles de veces entre los amigos de la Colla, y la verdad es que, salvo las dudas expresadas por Corominas, todos hemos coincidido en ver esta emergencia del sarampión polimonárquico como un paso adelante en la consecución de sociedades más libres, variadas e imaginativas, en las que la creatividad se imponga como una de las pulsiones más importantes por no decir la principal.
     Corominas dice que somos muy optimistas y que las inercias acomodaticias de las poblaciones europeas se inclinan más por el ir haciendo y el ir obedeciendo del rebaño, bien conducidos por las marcas y los grandes poderes transnacionales, que controlan el sistema. ¿Quién le negará que tiene toda la razón del mundo? Pero mientras Corominas se encara al futuro mirando el pasado, nosotros lo hacemos al revés, y por eso vemos lo que procederá por la propia lógica del tiempo, que no pide permiso a nadie, sino que va a la suya, con una fuerza de mil diablos. Y las visiones que nos indica este tiempo, cuando lo miramos de cara o, mejor dicho, de espaldas, ya que siempre se adelanta a cualquier previsión y nos obliga a ir detrás de él, es que los cambios hacia la explosión de la multiplicidad no hay quien los pare.
     Eso es lo que explica que Europa, entusiasmada por el fermento fragmentador incipiente del Mosaico Ibérico, acabe siendo el espejo en el que españoles y portugueses se vean reflejados, lo que les dará el empuje necesario para salir de la timidez emprendedora y avanzar con decisión y buena letra hacia la proliferación polimonárquica y su consolidación.


domingo, 24 de enero de 2021

9- Cambios revolucionarios en Vic


Me gustaría aquí tratar, estimado conciudadano, el tema de la transformación de Vic en capital mundial de la ópera, un logro de los reyes de este palo que tendrá unas consecuencias enormes en muchos otros campos además del lírico.
     Las razones son evidentes: el establecimiento de las avanzadas ECIHA (Escuelas Catalanas de Interpretación Humana y Animal), que revolucionarán el lenguaje de la ópera, irá asociado al desarrollo de unos sofisticados laboratorios de intervención genética necesarios para alcanzar los objetivos propuestos. Las escuelas-granja, que ocuparán las tierras donde hoy se levantan muchas de las industrias alimentarias de la zona, se organizarán en íntima complicidad con estos laboratorios, los cuales pronto adquirirán un extraordinario prestigio internacional debido a sus resultados.
     Primero se tratará de conseguir mejoras en la coordinación gestual de las especies más adecuadas a completar el foso orquestal, como los diferentes tipos de primates, los perros, los gatos, los elefantes, los mismos cerdos —cuya capacidad de gruñir sorprenderá en un futuro cuando lleguen a controlar sus gruñidos con asombrosa precisión—, los asnos, los leones de imponentes rugidos, los loros y los ruiseñores, entre otros. El refinamiento vocálico irá asociado en todos los casos a una mejora sustancial de la inteligencia tanto práctica como musical, al activar las dos partes del cerebro de los animales, y pronto los cambios y las modificaciones de muchos de estos seres mal llamados irracionales serán absolutamente extraordinarios.
     Un ejemplo de este éxito en la manipulación química y genética de los tejidos cerebrales para su aplicación operística será la llamada 'Bandeja Musical', una invención insólita de los laboratorios más avanzados de Vic, utilizada en multitud de ceremonias protocolarias, consistente en un jardín miniatura de estética bonzai con estanco incorporado capaz de caber en una bandeja de setenta centímetros de diámetro, con un equipo estelar de cinco ranas que efectuará el famoso Canto del Croar, una pieza compuesta por Joaquín Lloret i Sabata. La obra, considerada como uno de los capolavoros más refinados de este compositor, será interpretada en muchas sesiones inaugurales de especial significación en todo el mundo, lo que propiciará, como es lógico, la producción de estas Bandejas Musicales que serán vendidas, en series numeradas, como una de las exquisiteces más sofisticadas de la industria operística de Vic.
     Ahora bien, este desarrollo de la mecánica genética de los científicos de Vic, entre los que habrá siempre dos o tres Premios Nobel, tendrá muy pronto otras derivaciones que convertirán la ciudad de Osona en un centro importantísimo de transmutación animal y humana de múltiples aplicaciones. Una de las más importantes será el uso de animales de funciones y gustos especializados para las sofisticadas universidades gastronómicas de Girona. Ya en otras ocasiones hemos hablado de los ratones con sabor a limón, muy adecuados para la nueva paellística o ciencia de la sartén de los restaurantes catalanes y valencianos, así como los mejillones dulces y los camarones con sabor a chocolate. Uno de los inventos más alabados y de más éxito serán los famosos huevos de vaca, de los que se harán unas tortillas de gusto exquisito que se exportarán congeladas al Lejano Oriente y a América del Norte.
     Pero allí donde esta industria encontrará sus principales filones de oro será en la consecución de unas nuevas modalidades de mascotas genéticamente preparados para esta función. Perros capaces casi de hablar, gatos sincronizados telepáticamente por circuitos de empatía mental con sus dueños, burros de raza catalana pero de pequeño tamaño, muy resistentes y capaces de transportar cargas de importancia y dotados de una inteligencia inusitada. Importante mencionar a los loros catalanes que podrán a la larga mantener conversaciones de más de veinte minutos y a los que se incorporarán las dotes vocales y musicales de la escuela operística. En cuanto a los primates, conseguirán superar a los perros en su condición de animales de compañía. Serán los bonobos o chimpancés pigmeo los más indicados para esta función, una vez hayan aprendido algunas de las costumbres de higiene de los humanos, mientras que los orangutanes, estos señores selváticos de caras tan humanas que yo diría que lo son más que muchas de los humanos, se centrarán en las franjas de la tercera edad. Sus dotes de acompañar a las personas mayores serán del todo extraordinarias, consiguiendo unos niveles insólitos de empatía emocional.
     Es fácil ver como toda la región de Vic vivirá bajo el signo animalista por un lado, y operístico por el otro. No habrá persona en el mundo que no quiera visitar de primera mano sus escuelas y granjas, cuyo conjunto constituirá una especie de gigantesco y sofisticado parque zoológico de última generación, en el que cada habitáculo o Aula, será un escenario donde sus ocupantes interpretarán, cantarán y bailarán según sus habilidades particulares. Por supuesto, muchos de los visitantes vendrán para adquirir algún animal de compañía o pet, como se dice en inglés, los cuales tendrán un coste altísimo. En cuanto a las entradas a su descomunal teatro de la ópera, de un precio exorbitante, habrá listas de espera de cinco y seis años tirando por lo bajo. No habrá tema que los autores catalanes no se atreverán a tratar, tal será su tremenda imaginación. El valenciano y el catalán se acabarán convirtiendo poco a poco en primera lengua operística, por encima del italiano, del alemán y del inglés, gracias a la avalancha de encargos hecho a compositores locales, valencianos y chinos. La asociación de Vic con la ciudad de Quanzhou, en el sureste de China, será la razón de esta presencia de músicos chinos, al igual que allí habrá profusión de estrenos de obras catalanas y valencianas. La osadía y la inteligente política de los responsables de Vic en relación a la ópera, los distinguirá mundialmente —serán invitados a miles de congresos, simposios y seminarios para explicar sus ocurrencias y planes de desarrollo vocal, urbanístico y regional— y Vic se convertirá en la meca indiscutible de los aficionados líricos del planeta.
     Ahora bien, ¿significa esto que los laboratorios de intervención genética se dedicarán sólo a las especies animales no racionales? En absoluto. En los talleres de futurología llevados a cabo en nuestra querida playa de la Barceloneta, hemos apercibido un nítido intervencionismo aplicado a los mismos humanos, siempre, por supuesto, a petición de los propios interesados. Estos programas de mutación voluntaria, que serán una derivación posterior a la enseñanza propiamente animal, se realizarán en instituciones especiales de tipo escolar, la mayoría de ellas de grado universitario, con profusión de másteres y doctorados, en las que se acompañará la acción puramente mutante con una educación dirigida a orientar a sus alumnos hacia las tareas de especialización elegidas. Tendrán una importancia estratégica fundamental las Escuelas de Nivel Superior de Canto Vocal, al servicio de las necesidades de la ópera de Vic, cada día más exigente en cuanto a la altura y la duración de los agudos, y en la capacidad proyectiva de las voces, al tener que cantar en escenarios y teatros monumentales. También la Escuela Superior del Servicio de Hostelería, que otorgará títulos universitarios de camarero catalán, será de capital importancia estratégica, íntimamente asociada a la Monarquía de los Fogones de Figueres. Los doctorados en esta escuela encontrarán trabajo inmediato en los restaurantes más prestigiosos del mundo, y serán muchas las personas que querrán matricularse en sus escuelas, convirtiéndose en una verdadera casta selecta de camareros que dominarán el mercado internacional de esta profesión.
     Pero quizás la invención más atrevida de los laboratorios genéticos de Vic, será la Escuela de Señores y Señoras de Compañía, de una sofisticación realmente extravagante, ya que en ella se educarán personas con vocación de servir para acompañar a otras personas, ya sea en calidad de amigo, amante, marido, mujer, acompañante o cuidador. El éxito de estos productos de exquisita y refinada educación será tal que, debido a sus precios exorbitantes, dispararán el PIB catalán hacia cifras hasta entonces impensables, convirtiendo nuestra economía en una de las más saneadas y prósperas del mundo, muy superior, en este sentido, a los efectos de la apuesta por la robótica de Japón.
     A nivel local, y pensando también en el público catalán, la industria de los salchichones y chorizos, siempre tan importante en Vic, se mantendrá firme en su prestigiosa altura, con gustos que traspasarán fronteras, aunque la producción será pequeña y, por eso mismo, aún más apreciada por los entendidos internacionales. Hay que decir que el chorizo catalán acabará superando de una vez por todas y para siempre al chorizo español de toda la vida, lo que excitará enormemente la competitividad en este terreno de los productos regionales.

jueves, 21 de enero de 2021

8- Sobre la fragmentación y la multiplicidad

El Mosaico Ibérico

Estimado conciudadano, me gustaría en esta carta exponer un tema que hemos tratado muchas veces en nuestras conversaciones de la playa. Me refiero a la desazón de saber si este fervor temático de carácter polimonárquico hacia la fragmentación puede llegar a ser motivo de fractura y de sobresaltos sociales y emotivos, especialmente en nuestro país. Fue Conchita quien hizo la pregunta el otro día y Mercadal quien le contestó enseguida.
     —Mira, Conchita, quizás en ciertos casos y en algunas zonas podrá haber algunos, de estos sobresaltos, sobre todo si tenemos en cuenta la variedad de temperamentos que conforman Europa y por supuesto la Península Ibérica. Pero lo que vemos nosotros con total claridad es que la atmósfera de exaltación temática se verá como algo tan positivo, que casi sin excepción será aceptada por la mayoría de la sociedad como una nueva etapa del genio ibérico en su quehacer de afirmación imaginativa. Y es que toca hablar aquí de una cuestión del todo pertinente: me refiero a la tendencia irrefrenable hacia la multiplicidad y la separación en la que estamos inmersos, fruto del enorme cambio de civilización de nuestros días.
     Lo habíamos hablado con Mercadal varias veces y era un tema con el que gustaba explayarse cuando encontraba la ocasión.
     —Amigos, que vivimos una época de fragmentación en todas las esferas de la sociedad y del pensamiento, es una evidencia de la que los periódicos nos hablan cada día. Tened en cuenta que si la ciencia, cuyo quehacer básico es la medición, marca el signo de nuestra época, es normal que todo se quiera separar y dividir en partes, para así conocer mejor el todo. Pero aún disponemos de otra constatación: si en efecto la inteligencia y la racionalidad se acaban imponiendo como las herramientas más valoradas del futuro, es evidente que tendemos hacia una multiplicidad formal similar a la de la naturaleza, al ser aquí donde nuestra imaginación mental encuentra sus más notables modelos y fuentes de inspiración. Y ¿qué hay de más múltiple que la misma naturaleza, con sus infinitas variedades de formas minerales, vegetales y animales, las visibles, las invisibles y las microscópicas?
     Todos asentimos ante verdades tan descomunales.
     —En cambio, también parece de cajón que los arcaicos sistemas de pensamiento basados en la obsesión de las formas fijas y unitarias, sean personas, estados, naciones o poderes empresariales, con sus mitos fundacionales y sus historias anquilosadas, comiencen a relajarse en unos casos, a desmigajarse en otros, o a ponerse nerviosos, por el miedo de perder su uniformismo, rodeados como están por las fuerzas disgregadoras de la multiplicidad formal. Mirad sino como la mayoría de los conflictos de nuestro mundo se basan hoy en esta dificultad de los conjuntos grandes de encajar los chorros afirmativos de las partes, es decir, los pequeños que disputan el poder a los grandes. Y cómo los pequeños luchan también para uniformizar sus patrias diminutas, que quieren únicas y bien separadas del resto del mundo, reprimiendo las alteridades interiores que no soportan. Conflictos que no paran de nacer y de crecer se vaya donde se vaya y se mire por donde se mire.
     —Una verdad como un templo, sí, señor —exclamé, admirado de la sagacidad de nuestro colega.
     —La multiplicidad es una tendencia que no se puede parar, Corominas, y quien antes aprenda cómo encajarla y administrarla, antes tendrá una de las claves básicas de cómo gestionar las sociedades del futuro.
     Palabras que nos dejaron en profunda meditación.
     —Piensa —continuó diciendo Mercadal—, que esta voluntad tan loable de querer llegar a consensos no tardará mucho en convertirse en un deseo obsoleto, en el que nadie creerá. La multiplicación de las partes impedirá cualquier tentativa de consenso y lo que veremos o verán nuestros descendientes es una suma de afirmaciones condenadas a convivir entre sí, no por consenso, sino por simple razón de vecindad o proximidad, y para garantizar la supervivencia.
     —¡Pero eso es una anarquía de imposible solución! —exclamó Conchita.
     —Desde luego, el guirigay será enorme, eso es cierto, y de algún modo es una situación que ya hemos empezado a ver sin tener que desplazarnos al futuro. Pero el genio de la inventiva valenciana e ibérica en su conjunto, con la invención del Polimonarquismo como nueva forma de estimular y de organizar las partes, con sus protocolos, sus ceremonias extravagantes y un sinfín de ideas productivas asociadas, derivará a la larga hacia un tejido social rico, complejo y contradictorio, que sonará un poco como una de esas orquestas que tocan música contemporánea, en las que cada músico parece leer su propia partitura, todos al unísono, sin aparente relación alguna la una con la otra. Y eso, que ahora nos parece un disparate o una cacofonía insoportable, acabará siendo la música que tocarán las sociedades futuras, lo que explica que los compositores actuales nos eduquen a estas sonoridades aleatorias, que desconciertan pero que para nosotros no son más que las voces del futuro que nos llegan a modo de ejemplo y para que nos vayamos acostumbrando.
     —¡De cajón, Mercadal, de cajón! —no pude menos que exclamar ante la sabiduría de sus palabras.
     Paquito, que escuchaba muy atentamente, preguntó entonces:
     —Comprendo lo que dices, Mercadal, pero tengo dudas sobre una cuestión: ¿en qué modo podemos considerar que esta fragmentación y posterior evolución hacia el neomonarquismo será un avance de verdad en la civilización de los humanos?
     —Has dado en el clavo, Paquito, porque esta es una cuestión crucial. En realidad, desconocemos los detalles sobre cuál será el desarrollo de esta multiplicación mimética de infinitas cabezas coronadas, aparta del galimatías consecuente y de las importantes necesidades de organizar una tan enorme complejidad, aunque sí intuimos sus líneas maestras. Fíjate que a ojo de buen cubero y tras analizar nuestras visiones desde la atención alejada de cruce e intersección con la que solemos meditar sobre estos asuntos, hemos visto Bastides y yo una evolución que va, de los infantiles narcisismos de tantos monarcas enamorados de sus coronas, a un individualismo de nuevo cuño, que asumirá como normal e incluso arquetípico, una contradicción fundamental: el hecho de ser y considerarse único, y a la vez ser igual que los demás. Es decir, será normal sentirse Todo y Nada a la vez, Uno y Muchos, Genial y Vulgar. Esta contradicción básica entre la igualdad y la diferencia será el meollo del gran cambio civilizacional que se vivirá en el Mosaico Ibérico y que estará en la base de todo lo que está por venir. Y fíjate que en el dar o no dar este paso se encuentra el quid del optimismo con el que vemos el futuro, pues si las poblaciones ibéricas se empecinan en ser y vivir sus diferenciales desde posiciones de absoluto, por mucho polimonarquismo que haya, en vez de Mosaico, lo que tendremos es un enorme campo de batalla de todos contra todos. Nosotros, que amamos y conocemos el carácter y la bondad profunda que anida en los pueblos españoles, y por mucho que las apariencias y los agoreros nos digan lo contrario, siempre pensaremos que el lógico desenlace de la multiplicidad coronada no puede ser otro que la asunción de esta contradicción nuclear de lo que será el corazón de las civilizaciones del futuro.
     Nos quedamos impresionados de las revelaciones de nuestro amigo de la playa, que parecían ir mucho más allá de lo que las imágenes de nuestra pronóstica nos tenían acostumbrados.