Playa de la Barceloneta
EL FUTURO
Nueva presentación. Febrero de 2024
Señoras y señores, seguidores del ‘Futuro que se
nos echa encima’ y lectores de las cartas de Romà Bastides, el futurólogo
de la Barceloneta:
Constato que en la última presentación de este blog hablaba
desde el año 2020. Entretanto, los años han pasado y el tiempo nos ha impulsado
hasta este febrero de 2024, como si el futuro estuviera ansioso por darse a
conocer e imponer sus lógicas y peculiaridades, muy diferentes a las actuales,
como es de cajón que así sea.
Vamos saltando de año en año, y cada día se hace más
claro que el futuro nos visita para dar la razón a una buena parte de las
predicciones de los dos adivinos de la playa, Romà Bastides y Roger Mercadal. Parece
que ambos futurólogos han sabido conectar con el Tiempo cuando este viaja hacia
atrás para mostrarnos lo que está por suceder.
Tal es, en efecto, su principal característica, cuando
en sus paseos posan la mirada en la raya del horizonte, desde donde vislumbran
las imágenes del devenir, que se les suelen presentar con extraordinario realismo.
Por suerte para nosotros, todavía no se han visto desfilar metidos en un sarcófago
de pino, lo que no es una garantía absoluta pero sí relativa de que sus cartas
seguirán apareciendo. Una suerte para nosotros y para los que aman saber lo que
el destino nos tiene reservado, si este señor llamado Destino existe realmente.
Yo me inclino por pensar que el Futuro lo inventamos
cada día los humanos en nuestro lento y anónimo andar acompasado, y que por
mucho que algunos se arroguen la capacidad de precipitarlo, como tantos
mandamases han creído a lo largo de la Historia, en realidad coge a todo el
mundo por sorpresa. De ahí que haya que agradecer a quienes se atreven a verlo
llegar, desde la humildad de la mirada simple y mundana, sin pretensiones de lucro
y beneficio.
Pasen y lean las últimas cartas de Romà Bastides,
siempre acompañado de su viejo amigo el doctor Josep Mercadal. A través de sus
paseos por la playa, nuestros dos futurólogos se han convertido en unos ocultos
tramoyistas que, con paciencia de santo, descorren día a día las espesas cortinas
que tapan los escenarios del devenir. ¡Bienvenidos al Gran Teatro del Futuro!
Toni Rumbau
Febrero de 2024
Introducción. Junio de 2020
De nuevo me ha tocado introducir las
cartas de Romà Bastides, el futurólogo de la Barceloneta que, en su primera
aparición pública en 2005 (1), anticipó no pocas cosas del futuro y del
presente de nuestro país y del mundo entero.
Pero si en aquella ocasión el 'tiempo' nos
dio unos márgenes de tranquilidad en el tratamiento del tema, el momento en el
que estamos, de una aceleración inaudita, ha eliminado de cuajo cualquier
veleidad de ritmo lento o sensato.
Así es, hoy hay prisa. Y la razón es
simple: el Futuro se nos echa encima y cada día está más cerca, como si tuviera
ganas de imponerse sobre todo lo que tiene que ver con el pasado.
Es por ello urgente entrar en materia y
dejar que el futurólogo Romà Bastides, junto con Roger Mercadal y sus amigos de
la Colla de la Playa, nos descifren algunos de los misterios que se esconden en
las esquinas de la Historia.
Avanzarenos, antes que nada, cuatro
palabras sobre nuestro personaje. Ya expliqué en la presentación del año 2005
las circunstancias que me condujeron a incorporarme a la Colla de la Playa y
entrar así en contacto con la metodología y el pensamiento Bastides. Para quien
no conozca aquel primer libro e ignore por tanto la historia y las vicisitudes
que convirtieron al zapatero Romà Bastides en futurólogo, sólo diré que fue el
rayo que le cayó al lado mientras paseaba por la playa y que por bien poco no
lo mandó al otro barrio, la causa de esta inversión. Inversión porque si hasta
entonces Bastides se había dedicado a estudiar el pasado, la acción del rayo le
giró el tiempo del revés, empezando a ver a partir de entonces el futuro con una
claridad escalofriante. Un fenómeno inexplicable que sin embargo es lo que
sustenta su trabajo de anticipación a partir de ese momento, trabajo que él ejerce
con los amigos de la Colla, fascinados por sus visiones.
Pero como decía antes, hoy hay prisa. Han
pasado tantas cosas en nuestro país y el mundo está tan pasado de rosca, que
toca ir al grano y ser profundamente realistas hacia todo lo que tiene que ver
con la Historia, sobre todo cuando esta señora actúa como le da la gana y sin
pedir permiso a nadie. Como es sabido, la Señora ha sacudido estos últimos años
Cataluña, España y el Mundo como hacía tiempo que no se veía.
En primer lugar, la estrella de estos
días, el COVID-19, que ha irrumpido como un tsunami arrasando todo a su paso.
Luego, ya más cerca de lo nuestro, el llamado
Procés ha provocado un tal estruendo que, si no fuera por sus lados oscuros y
altamente dramáticos, bien podríamos considerarlo como una comedia y un
espectáculo dignos de la más alta admiración. En cuanto a España, la caída
repentina de Rajoy, el levantamiento del socialista Sánchez, las elecciones de
mayo de 2019 y el episodio sangrante de la Pandemia, han sacudido de tal modo el
panorama, que no sabemos si la situación ha dado un giro de noventa,
ciento-ochenta o trescientos treinta-y-tres grados, es decir, que no sabemos hacia
dónde diablos nos conducen los acontecimientos.
Por otra parte, no hay que olvidar cómo el
mundo ha vivido, en su conjunto, unas aceleraciones absolutamente descomunales,
con unos avances en cuanto a la ciencia y los ajetreos de la comunicación que
dejarían estupefacto al más cauto de los observadores. Hoy no se habla de
descubrimientos o de líneas de investigación sino de revoluciones: la de la
inteligencia artificial, la nanotecnológica, la cuántica y la que va aún más
allá de la micro materia, la informática, la espacial que nos habla del
Universo y de las galaxias, la genética y su ingeniería, etc., etc.
En cuanto a la política internacional, el
Brexit, la emergencia de China y la irrupción del polichinela Trump han
revuelto las aguas ya bastante intranquilas de las relaciones internacionales
para situarlas en el umbral de la incertidumbre más absoluta. El auge de los
populismos, de la simplificación de los relatos y del pensamiento, conduce a Europa
hacia una crisis sin precedentes, condenada la UE a reinventarse de arriba
abajo sino quiere acabar como el rosario de la aurora, rodeada por tendencias
centrípetas, autoritarias y nacionalistas que sólo buscan la exclusión de
cualquier tipo de alteridad.
Es en este marco de incertidumbres
generalizadas y de crisis donde se mueven nuestros adivinos de la playa. Si la
navegación ya era difícil antes, ahora es diabólica.
¿Qué ha quedado de válido en las
predicciones emitidas por Romà Bastides en 2005?
Yo diría que donde más acertó es en las
anticipaciones sobre el aliento de fragmentación que azota España, que ellos
pronosticaron para un futuro mucho más lejano, y que se ha instalado entre
nosotros mucho más pronto de lo que pensábamos. Fragmentación que él generalizó
en todos los ámbitos de la vida social y política, y que hoy vemos aparecer en
los periódicos, en las televisiones y en la calle. Su predicción del Mosaico
Ibérico, que entonces definió como la FEAA (Federación Española de Autonomías
autodeterminada), cada día se hace más evidente, en una deriva de
descomposición que avanza irremediablemente hacia su reunificación coordinada
de un grado superior.
Es por todas estas razones y por el
dinamismo espantoso de los momentos históricos que vivimos, que hemos
considerado, los de la Colla de la Playa, indispensable publicar estas nuevas
cartas del futurólogo de la Barceloneta. La trascendencia de los hechos vividos
así lo exige con perentoria premura, y aún más la necesidad de mirar el devenir
desde el optimismo que siempre ha caracterizado la óptica de Bastides,
Quien se la juega en este trabajo de
prever el futuro, por razones obvias de racionalidad objetiva, tiene todas las
de perder, ya que las variables son infinitas y los caminos por donde el futuro
tiene ganas de mostrarse son una total incógnita para no decir un misterio de
los más herméticos que hay. Es por ello una gran valentía este atrevimiento de
los amigos de la Colla de la Playa, que se la juegan no por ambición ni por
codicia económica sino por el bien común de la especie humana, como a ellos les
gusta puntualizar.
Diré, por último, que la tendencia de
nuestros amigos futurólogos a afinar en los detalles, que muchos consideran su
punto flaco en cuanto a la verosimilitud de las predicciones, constituye para
mí su principal virtud y garantía. Si no de verosimilitud, sí al menos de
interés. Es la minuciosidad rigorista y el colorido entusiasta de sus
descripciones del futuro lo que las llena de vida y las convierte en relatos
significativos y algunos de ellos apasionantes, lejos de las prospecciones de
los números, cuya frialdad no va más allá de establecer las tendencias de la
media, con inmensos márgenes de error, desde la estadística y la abstracción.
Hablar de personajes que aún deben nacer
con nombres y apellidos, así como de sus futuras bibliografías, puede parecer
atrevido a más de uno, pero para Bastides y sus compañeros de la Colla no deja
de ser una apuesta convencida aunque arriesgada, para trabajar con un mínimo de
aparato crítico sólido y convincente. Sobre todo, si está avalado por los
estudios de la Escuela de Malta (2), de un status académico innegable en cuanto
a titulaciones y otras dignidades académicas.
Que el lector otorgue la verosimilitud que
más guste a los relatos de futuro que nos propone Bastides. Algunos son
alocados, paródicos otros, fruto la mayoría de una alborotada inspiración visionaria,
esto es verdad. Sólo diremos que, en una época como la presente, en la que el
futuro es objeto de deseo y de control de todos aquellos que pretenden dirigir
nuestras voluntades, es de agradecer que esforzados ciudadanos como los de la
Colla de la Playa nos propongan un futuro propio y distinto, en el que la
libertad de las personas sea siempre el objetivo principal a perseguir.
He aquí el último envío de las cartas de Bastides.
No las publicamos todas —no cabrían en un libro normal— pero sí una selección de las mismas.
Que disfrute de su lectura y del futuro
que se nos echa encima.
Toni Rumbau
Barcelona, junio de 2020
1- Ver “La Colla de la Platja i el
Futur de Catalunya”, Arola Editors, Tarragona, 2005.
2- De la Escuela de
Malta, un instituto privado que se dedica al estudio del futuro, se conocen algunos
nombres gracias al Congreso de Historia del Futuro que los amigos de la Colla realizaron
en el año 2003, como muy biern explica Bastides en su primer acopio de cartas.